Pigmalión terminó siendo preso de su propia creación racional; en su intento por lograr "el verdadero" amor terminó adorando un ser inanimado. La racionalización de su pasión y sufrimiento creó un "ser" inanimado e inerte, pero que para él al fin y al cabo era muy seguro y perfecto. Olvidó lo que era el amor en la vida real (cotidiano y sensible) porque ahora el amar se había convertido en la idolatría de su propia racionalización.Así como Pigmalión, el intento del ser humano por encontrar lo inerte y seguro ante su debilidad y flaqueza en el mundo, lo ha llevado a una serie de racionalizaciones que a pesar de estar desgarradas de lo real y sensible, se presentan para él como perfectas y verdaderas. De esta manera, la razón ayudaría a controlar las contradicciones e impulsos de la pasión, pero al hacer esto se convierte a esta en algo abstraído del propio mundo del cual era parte, ya que se termina idolatrando la propia creación humana. Desde la "caverna de Platón", pasando por el Cogito ergo sum y el "yo trascendental", los filósofos han tratado de protegerse del devenir en el vivir y morir, en el crear y destruir y en el ser y no ser. La filosofía moderna y con ella también la Ciencia Moderna, se han edificado sobre este impulso y afán de Pigmalión: crear una verdad abstraída del mundo que sea segura y racional.
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